Este Blog es un espacio de inspiración,refelxión, educación, ayuda y participación de mujeres que procuran ser, todo aquello que Dios quiere que sean .Llegar a su maximo potencial con la dosis justa de locura y cordura
26.2.10
Adivinanzas sobre Mujeres de la Biblia
18.2.10
La carga de las preocupaciones
Por Max lucado - Enviado por Mercedez Clavero-Coordinadora Nacional de Argentina «Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal» ( Mateo 6.34 ). Ese no es el único resultado. La preocupación no es una enfermedad, pero causa enfermedades. Se la ha relacionado con la hipertensión, los problemas cardíacos, la ceguera, la migraña, los problemas de la tiroides y una gran cantidad de desórdenes estomacales. La ansiedad es un hábito caro. Valdría la pena si diera buen resultado. Pero no. Nuestros esfuerzos son inútiles. Jesús dijo: «¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?» ( Mateo 6.27 ). Los afanes nunca han dado brillo a un día, ni han resuelto un problema, ni curado una enfermedad. ¿Cómo puede una persona hacer frente a la ansiedad? Podría intentar lo que hizo un individuo. Se preocupaba tanto que decidió contratar a alguien que se preocupara por él. Encontró un hombre que aceptó asumir sus preocupaciones por un salario de 200 mil dólares al año. Después que el hombre aceptó el trabajo, la primera pregunta a su patrón fue: «¿Dónde va a conseguir los 200 mil dólares anuales?» El hombre respondió: «Ese es problema suyo». Lamentablemente, la preocupación es un trabajo que uno no puede delegar, pero lo puede vencer. No hay mejor lugar para comenzar que en el versículo dos del salmo del pastor. «Junto a aguas de reposo me pastoreará», dice David. Y, por si acaso lo hemos captado bien, repite la frase en el versículo siguiente: «Me guiará por sendas de justicia». «Me guiará». Dios no está detrás gritando «¡Anda!» Va delante y me invita: «Ven». Va delante, limpia el sendero, corta las ramas, señala el camino. Al llegar a una curva, dice: «Dobla hacia allá». Al subir, señala: «Sube aquí». Cerca de las rocas advierte: «¡Cuidado!» Él nos guía. Nos dice lo que necesitamos saber cuando necesitamos saberlo. Como lo diría un escritor del Nuevo Testamento: «Hallaremos gracia cuando la necesitemos». Escuchemos otra versión: «Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro » ( Hebreos 4.16 ). La ayuda de Dios es oportuna. Él ayuda de la misma forma que un padre da los pasajes para el avión a sus niños. Cuando viajo con mis hijas, llevo todos los billetes en mi maletín. Cuando llega el momento de abordar el avión, me paro entre quien me atiende y mi hija. A medida que cada una pasa, yo pongo un boleto en su mano, y ella a su vez lo pasa al dependiente. Cada una recibe su billete en el momento oportuno. Lo que hago por mis hijas Dios lo hace por usted. Se pone entre usted y su necesidad. En el momento oportuno, le da su boleto. ¿No fue esta la promesa que dio a sus discípulos? «Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo» ( Marcos 13.11 ). ¿No es ese el mensaje de Dios a los hijos de Israel? Prometió proporcionarles el maná cada día. Pero les dijo que recogieran sólo lo necesario para un día. Los que desobedecieron y recogieron para dos días encontraron que al segundo día el maná se les había descompuesto. La única excepción a la regla era el día previo al reposo. El viernes podían recoger el doble. Dicho de otro modo, Dios les daría lo necesario en su tiempo de necesidad. Dios nos guía. Dios hará lo que corresponde a su debido tiempo. ¡Qué diferencia hace eso! Puesto que sé que su provisión es oportuna, puedo disfrutar del presente. «Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal» (Mateo 6.34). La última frase es digna de destacarse: «Basta a cada día su propio mal». «No sé qué haré si mi esposo muere». Lo sabrás en el momento oportuno. «Cuando mis hijos dejen la casa, no creo que pueda soportarlo». No será fácil, pero la fortaleza llegará en el momento oportuno «Yo no podría dirigir una iglesia. Hay muchas cosas que no sé». Quizás usted tenga razón. O quizás quiere saberlo todo demasiado pronto. ¿Podría ser que Dios le revele todo en el momento oportuno? La clave es la siguiente: Enfrente los problemas de hoy con la energía de hoy. No se fije en los problemas de mañana hasta mañana. Aun no tiene las fuerzas de mañana. Ya tiene suficiente para el día de hoy.
14.2.10
Crece sin freno la violencia domestica
Laura Reina para LA NACION con la colaboración de Horacio Varoli y Pablo Morosi.
No son producto de la inseguridad y suelen ser identificados, erróneamente, como crímenes pasionales. Se trata de uno de los delitos que más han crecido en estos años: la violencia doméstica, que en las últimas horas sobresalió por el caso del baterista del grupo Callejeros, Eduardo Vázquez, acusado de intentar asesinar a su mujer prendiéndole fuego.
Cada vez son más las oficinas públicas que se crean, en diferentes ámbitos, para recibir denuncias por ese tipo de delito. En 2009 las muertes de mujeres por violencia doméstica aumentaron 11% respecto de 2008, según un informe de la Asociación Civil Casa del Encuentro. Sólo en la Capital, la repartición oficial que se dedica al tema atendió el año pasado 7225 casos de mujeres víctimas de violencia familiar.
Las posibilidades de que esta escalada se revierta este año parecen ser más que escasas: durante enero, la Oficina de Violencia Doméstica (OVD), que depende de la Corte Suprema de Justicia, recibió 526 denuncias contra 375 del mismo período de 2009. El 82% fueron hechas por mujeres.
El año pasado, 231 mujeres encontraron la muerte de manera violenta; en su mayoría, apuñaladas. Las siguieron las muertes por armas de fuego y por golpes. El asesinato por incineración ocupó el sexto lugar.
En la provincia de Buenos Aires las llamadas recibidas en el teléfono gratuito del Programa de Atención a Mujeres Víctimas de la Violencia (0800-555-0137) se multiplican cotidianamente. El año pasado superaron las 15.000. Ese distrito lidera, según el informe de Casa del Encuentro, el ranking de asesinatos de mujeres, con 66 casos. Los datos para elaborar el estudio surgieron de un relevamiento de los hechos publicados en agencias de noticias y en más de 40 diarios de circulación nacional debido a que no existen datos oficiales.
La Dirección General de la Mujer de la ciudad de Buenos Aires, distrito donde el año pasado se produjeron ocho homicidios relacionados con la violencia doméstica, atendió durante 2009 a 7225 mujeres que se presentaron de manera espontánea en alguno de los siete centros integrales de la mujer ubicados en distintos puntos de la ciudad.
Además, se alojaron 280 mujeres con sus hijos en refugios del gobierno de la ciudad ante situaciones en que estaba en riesgo la vida de la víctima y se derivaron más de 400 casos a la OVD....
Aunque la violencia doméstica se da en cualquier clase social y momento, casi el 40% de las llamadas recibidas al Programa de Atención a Mujeres Víctimas de la Violencia en la provincia de Buenos Aires corresponde a hogares integrados por efectivos de fuerzas de seguridad. Otro dato es que la violencia doméstica se incrementa durante el período vacacional.
¿Legitimación social?Según la coordinadora ejecutiva de Casa del Encuentro, Fabiana Tuñez, el aumento en la violencia de género tiene que ver con que aún persiste, en la sociedad, cierta legitimación de la violencia hacia la mujer. En 2009, la asociación recibió 120 denuncias de maltrato por mes. En enero se registraron más de 90.
"La violencia ejercida hacia las mujeres no son hechos aislados, sino producto de una construcción social, cultural, que apoya la violencia hacia las mujeres -dijo-. En diferentes medios de comunicación se trata a la mujer como un objeto de consumo. El aumento de la violencia significa que no existen suficientes políticas públicas que tiendan a prevenir y a sancionar la violencia de género."
Tuñez destacó que aunque se sancionó una ley de violencia hacia la mujer, ésta aún no fue reglamentada. "No existen estadísticas oficiales sobre femicidos, por lo cual no existen políticas que proyecten acciones contra este delito. El Estado debe responder de forma urgente y necesaria. Estamos hablando de más de un Cromagnon por año en violencia hacia las mujeres", comparó Tuñez.
La psicoanalista Lila Isacovich, docente universitaria y coordinadora asistencial de la Fundación Buenos Aires, no cree que exista legitimación social de la violencia de género, sino una escalada de la violencia en general.
Más violencia
"No creo que la mayoría de la sociedad avale la violencia hacia la mujer. Sí hay un aumento de la violencia generalizado, y no sólo en nuestro país. La gente está más estresada, más presionada y esto repercute en las relaciones y en los vínculos", comentó Isacovich.
En este contexto, la pareja suele ser la más castigada. "Es la que se tiene más a mano, es el lugar que más se debería cuidar y paradójicamente es lo que más se descuida. Pero alguien no se vuelve violento de la noche a la mañana, hay personalidades violentas. "El golpeador es alguien que apela al golpe porque no tiene otros recursos, se queda sin argumentos y entonces llega a la violencia física", describió la psicoanalista.
Tuñez se refirió al ciclo de violencia que se gesta en este tipo de personalidades. "En general, el perfil del varón golpeador tiene que ver con una personalidad que considera a la mujer como un objeto de pertenencia, como una cosa. Es uno de los principales factores que desencadenan los diferentes ciclos de la violencia. Primero aparecen los celos, la descalificación, el control y finalmente el maltrato; después llega el perdón, que se conoce como el ciclo de la meseta, en el que el varón promete que no se va a volver a repetir; y luego ese ciclo violento vuelve a comenzar y se suman los golpes", describió la especialista.
Pero así como existe un perfil del golpeador, según Tuñez no hay un perfil de víctima. "Toda mujer puede sufrir maltrato. Todo este ciclo de violencia genera una sensación de miedo, de pérdida de autoestima, se van minando sus derechos, empieza a considerar que todo lo que hace está mal y se culpabiliza por las acciones del golpeador. Hay una tendencia a decir que es su culpa, y cuanto más cede, más se acelera la violencia, porque el objetivo del golpeador es dominar", concluyó.
11% Crecieron los femicidios