30.4.09

"La Adoracíon, una respuesta a Dios por haber sido perdonado"

“Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume. Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora . . . Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies 46 No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies. Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados” (Lucas 7:36-39; 44-48). Señor ayúdanos a concentrarnos en ti y adorarte hoy. Fuimos creados para que Tú seas el todo de nuestra existencia y si Tú no lo eres estaremos desorientados tratando de llenar nuestras vidas con lo que apela a nuestros sentidos. Hoy, ayúdanos a concentrarnos en ti aun en medio de todas nuestras ocupaciones. ¡Ayúdanos a que Tú seas el centro y el eje de todo lo que hacemos y somos! 1- Jesús no hace acepción de personas. Él acepta la invitación y va a dónde es recibido. Él quiere tener compañía con cada persona que le invita. Ya sea que uno sea un religioso distinguido o sea una persona despreciada, Jesús está listo a ser invitado a morar en el hogar de esa persona, ansiosamente Él espera ser invitado. “Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume” (Lucas 7:36-37). “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Una vez que Él entra a nuestra vida, cumplimos el propósito para el que fuimos creados. Fuimos creados para ser un templo de adoración y para ser adoradores. “Una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume” (Lucas 7:37-38). “Y Dios, que levantó al Señor, también a nosotros nos levantará con su poder. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo?. . . Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él. . . ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? (1 Corintios 6:14-15, 17, 19). “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Juan 4:23-24). “Por medio de él [Cristo], Dios creó todo lo que hay en el cielo y en la tierra, lo que puede verse y lo que no se puede ver, y también los espíritus poderosos que tienen dominio y autoridad. En pocas palabras: Dios creó todo por medio de Cristo y para Cristo. Cristo existía antes de todas las cosas. Por medio de él, todo se mantiene en orden, y él gobierna a su iglesia y le da vida. Él es la cabeza y la iglesia es su cuerpo. Cristo es el principio de todas las cosas. Por eso fue el primero en resucitar, para ocupar el primer lugar en todo” (Colosenses 1:16-18; Biblia en Lenguaje Sencillo). 2- Uno de los principales problemas de nuestra generación y por ende el entendimiento sobre la adoración es no conocer a quién adoramos. El no reconocer a Jesús como Salvador nos convierte sólo en religiosos que buscamos llenar un vacío con estilos de adoración y música y con el último grito de la moda. Aunque éstos son muy necesarios y cambian según la cultura y los tiempos, el centro de la adoración debe ser Jesucristo, nuestro Señor y Salvador. Si Él no es el enfoque de la adoración, entonces los estilos, el tipo de música, los asistentes al culto serán el centro de nuestra atención y nuestra visita a la iglesia se convertirá en una búsqueda de quién adorar y nos concetraremos en nosotros mismos, nuestros gustos y estilos, en los que están a nuestro alrededor y no en Jesucristo. “Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora” (Lucas 7:39). “Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido” (Lucas 7:10-14). 3- La adoración es concentrar todo lo que somos en Jesús, y dedicarlo a Él. Es agradecerle por que Él es Dios, por lo que Él es, por su carácter santo, y por lo que Él ha hecho con nuestra vida. Entonces entenderemos para qué fuimos creados. “Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. 45 No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies 46 No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies” (Lucas 7:44-46). “Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso,el que era, el que es, y el que ha de venir. Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos,los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas” (Apocalipsis 4:8-11). “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:1-2). 5- Adoramos en respuesta a que Dios nos salva de nosotros mismos, de nuestros pecados, y de una vida desordenada que nos llevará a la condenación. “Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados” (Lucas 7:47-48). “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9). “Entonces dije: !!Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado” (Isaías 6:5-7). Bendiciones, Christian Sarmiento

1 comentario:

Laura Basualdo dijo...

Esto también nos enseña que Jesus aprecia la humildad. Siendo que El mismo terminó recibiendo alabanza de la persona mas humilde y pecadora y no de los "supuestamente grandes" que estaban a la mesa.
Muy hermosa reflexión. Nuestra alabanza sea siempre para el, con acción de gracias y humildad, y que siempre pueda subir cual perfume delante de su trono.