''Rol de la mujer en la iglesia ''. Por el Dr. Mario Zani

Mi madre ha sido presbítero ya por muchos años, hoy jubilada y con 84 años de edad. Ella continúa fiel al Señor y predica cada vez que tiene la oportunidad. Siempre estuvo al lado de mi papá quien fue presbítero. Ella nunca ejerció un cargo pastoral por su cuenta. Mi esposa, Perla es presbítero en la Iglesia del Nazareno desde el 1976. Ha sido responsable de dos iglesias: Kansas City, Kansas y en la actualidad plantando obra en Hillsboro, Oregón. Ella ha complementado mi ministerio y viceversa. Nunca competimos. Hay una lista de evidencias bíblicas, tanto pasivas como activas, a tener en cuenta cuando se trata del rol de la mujer en el ministerio. Reconozcamos también que esta interpretación no necesariamente debe ser para convencer a nadie, porque de eso se trata "interpretación". Mi deseo no es establecer ni esgrimir argumentos para convencer intelectualmente a nadie. Sencillamente, comparto con usted, lo que me lleva a pensar que todos los cristianos tenemos un rol protagónico que cumplir en la iglesia de Cristo. Lista pasiva: a) En ningún lugar de la Biblia está establecido que Dios no permita a la mujer servir como lo ha hecho mi mamá o lo hace mi esposa. La evidencia de lo contrario es circunstancial y se debe a aspectos culturales como, también, de "desorden" que hubo en algunas iglesias del Nuevo Testamento. b) Encontramos varias veces en la Biblia el rol de la mujer en forma complementaria al rol del hombre y también por voluntad divina. En ocasiones ese rol participativo de la mujer es tan circunstancial como circunstancial era el hecho que Pablo mandara a callar a las mujeres de la problemática iglesia de Corinto. c) La evidencia es que han habido y hay mujeres que Dios usó y usa para asumir el liderazgo de un grupo (células de oración), congregaciones (pastoras), etc. Muchas ellas de renombre (reina Ester, Phoebe Palmer, etc.), otras no muy conocidas pero muy efectivas (superintendente general Nina Gunter -en la actualidad en la Iglesia del Nazareno). Hay muchas mujeres que he conocido que han también desarrollado un ministerio de liderazgo. Me acuerdo de la argentina Rev. Nilda Calvo (superintendente en Panamá y ahora en el Distrito Oeste de Buenos Aires). d) La pregunta no es tanto si hay que darle protagonismo a la mujer. Primero, si sigue el orden y cumple los requisitos, ¿por qué no? Segundo, si ha probado ser efectiva --muchas veces más aún que los varones-- ¿por qué no? La pregunta, quizá, debiera ser: ¿Qué pierde la iglesia cuando no le da a la mujer el papel que puede asumir y, especialmente, cuando sus cualidades son iguales o mayores que la de hombres que pudieran estar o no disponibles para la tarea del liderazgo? Si esas mujeres son capacitadas por Dios y la iglesia, ¿por qué no facilitarles en el Cuerpo de Cristo su lugar según el don que Dios les ha dado? e) Jesús tuvo discípulos mujeres que no son nombradas entre los 12, pero que pertenecieron a su grupo y cumplieron un rol importante hasta donde la cultura lo permitía. Lo mismo ocurrió con la Iglesia Primitiva, donde hubieron mujeres que cumplieron roles que no fueron rechazados por la cultura de su tiempo. Es más, el evangelio de Lucas se encarga de demostrar que Jesús realza el rol de la mujer sobre algunas de las limitaciones de la cultura judía. La lista activa: a) 1 Corintios 11:3-12. Hablando de un tema cultural (cabeza rapada, cabeza cubierta, y autoridad del hombre sobre la mujer), Pablo reconoce que la mujer puede orar o profetizar en público ("En cambio, toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta deshonra al que es su cabeza"), y la condiciona al uso de la mantilla. b) 1 Corintios 14:33-35. Es un llamado al orden (obviamente había desorden) y a tener en cuenta las costumbres culturales y, también, la ley ("no está bien visto que una mujer hable en la iglesia" --este pasaje no dice: "Dios prohíbe"). c) 1 Timoteo 2:9-15. Este parece ser el pasaje más utilizado para no darle autoridad a la mujer: "No permito que la mujer enseñe al hombre y ejerza autoridad sobre él". Pablo --al igual que en otros temas de contexto-- da directrices a Timoteo por la razón que ya la mujer estaba ejerciendo ese rol de enseñar y ejercer autoridad y, seguramente, la ella había desbordado las facultades permitidas por la cultura, causando escándalo para la iglesia. Recordemos que históricamente muy pocas mujeres accedían a la educación secular y eso, de por sí, era una razón para limitarla en el ejercicio apostólico (eran neófitas). Aquila y Priscila eran un tremendo equipo evangelístico. Cuando escribe a Filemón, Pablo pareciera defender la esclavitud. Sin embargo, lo que hace es realzar la responsabilidad del esclavo hacia su amo según la ley de su tiempo. Hoy, la mujer enseña a hombres y ejerce el papel de profesoras y decanas universitarias, como también hay presidentas de estados (Argentina, Chile, India, Inglaterra, etc.) y otras funciones que judíos, romanos, y griegos seguramente no aceptarían. d) 1 Corintios 12 o Efesios 4. Se mencionan los dones espirituales, incluyendo liderazgo y ministerio pastoral, sin distinción de sexo. e) Hechos 2:16-17: "Sucederá que en los últimos días -dice Dios-, derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano. Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán, tendrán visiones los jóvenes y sueños los ancianos." Esta verdad del A.T. se cumple hoy --hijos e hijas profetizando o predicando. f) Gálatas 3:28: "Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús." La Iglesia del Nazareno cree en el rol del prebisterio y otros ministerios (enseñanza, administradora, etc.) de la mujer porque considera, como Juan Wesley, que esencialmente la misión de la iglesia pertenece "al pueblo de Dios" y no a una jerarquía eclesiástica. Todos los creyentes deben ser testigos y ministros por voluntad divina y derecho escritural. La mujer que desempeñe un rol apostólico deberá dar evidencia de gracias y dones como también estará adecuadamente capacitada espiritualmente y preparada para hacerlo por medio de estudios ministeriales, que reconoce en su Manual (de la Iglesia del Nazareno).